Kachete es un camaleón musical. Un artista que se adapta, se reinventa, se transforma. Que no le teme al cambio, sino que lo busca, lo provoca, lo celebra. Que ha recorrido un largo y variado camino, desde sus inicios como líder de Terreviento, una de las bandas de punk rock más emblemáticas de la escena underground peruana, hasta su actual etapa como solista, en la que ha explorado diversos géneros y estilos, creando canciones que reflejan distintas facetas de su personalidad y de su vida.

Terreviento fue el trampolín que catapultó a Jorge Ruiz -Kachete para los amigos- al estrellato del rock peruano. Con su actitud rebelde, su energía desbordante y su irreverencia en el escenario, Kachete se ganó el respeto y el cariño de miles de seguidores, que coreaban sus canciones y participaban en los pogos más salvajes y anárquicos, bajo el lema de 'Todos calatos'. Kachete era el showman más excéntrico del rock peruano, capaz de sorprender con sus ocurrencias y sus gestos.

Pero Kachete no se conformó con ser el rey del punk rock. Su curiosidad y su espíritu inquieto lo llevaron a experimentar con otros sonidos, otros ritmos, otras formas de expresión. Así, tras la disolución de Terreviento, inició su carrera en "solitario" -solitario entre comillas porque siempre estuvo muy bien acompañado por importantes figuras de la música local que le ayudaron a darle forma a sus ideas musicales-. En esta nueva etapa, Kachete ha publicado canciones en clave punk, pop, rap, funk, electrónica, new wave, e incluso ha añadido elementos como el danzón mexicano. Cada canción es un universo sonoro único, que muestra su versatilidad y narra fragmentos distintos de la vida del autor.

Kachete también ha madurado, tanto musical como personalmente. Ya no es el mismo que cantaba con rabia y desenfado sobre la realidad social, la política y el amor. Ahora, con una mirada más pausada y experimentada, se enfoca en temas de superación personal, de aceptación, de perdón y de resiliencia. Quizá llegó el momento de que Jorge deje de llamarse Kachete y pase a ser un señor Mejilla.

Su último sencillo, 'All day', es una muestra de esta metamorfosis mental y espiritual, inspirada en su propia vida y en la novela de Franz Kafka, 'La Metamorfosis'. Con una letra optimista y motivadora, Kachete nos invita a ver el lado positivo y bello de la vida, a pesar de las dificultades y los obstáculos. Kachete nos propone aprender a bailar bajo la lluvia, a ser felices con lo que tenemos y a empezar de nuevo cada día.

El sonido de 'All day' es una mezcla rara, como la vida misma, según el propio Kachete. Tiene una fuerte influencia del pop rock californiano de los 70s, con ecos de Fleetwood Mac, algo de danzón mexicano, y algunos guiños de soul. Es una canción que fusiona influencias diversas, con arreglos y detalles que enriquecen la propuesta musical.

'All day' ha tenido una buena acogida en la prensa nacional e internacional, que ha destacado el talento y la originalidad de Kachete. Algunos de los medios que han reseñado la canción son: Playlist Magazine de México que la calificó como "una canción que demuestra el espíritu inquieto y renovador de Kachete"; Rock Achorao' de Perú, que la describió como "una canción que habla de la metamorfosis personal, de cómo superar los obstáculos y encontrar la belleza en lo diferente"; y Colectivo Sonoro de Colombia, que la elogió como "un testimonio del espíritu inquieto y vanguardista de Kachete".

'All day' no es solo una canción; es un testimonio del espíritu inquieto y renovador de Kachete. Este artista, lejos de conformarse con lo establecido, nos invita a un viaje de transformación y reinvento constante, redefiniendo así los límites del rock peruano.

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